lunes, 31 de diciembre de 2018

Especial de Año Nuevo 2019: Orquesta Filarmónica de Viena


Amigas y amigos: Un saludo cordial de Año Nuevo para todos ustedes desde el canal musical selecto, y los dejamos con la Orquesta Filarmónica de Viena dirigido por Ricardo Muti. El registro audiovisual proviene de la Radio Televisión Española (RTVE) desde Viena, vía imagen y sonido de la Radio y Televisión de Austria (ORF) y la Organización de Radio y Televisiñon Europea (Eurovisión).


martes, 25 de diciembre de 2018

Musicales de Navidad: Villancicos Sinfónicos


Amigas y amigos: Un saludo de navidad desde este blog musical clásico, y les dejamos con un deleite musical, villancicos sinfónicos, con una selección musical de piezas de renombre compuesta por Georg Friedrich Händel, Piotr Ilich Tchaikovski, Domenico Gabrielli, Leroy Anderson,entre otros, con la Orquesta Sinfónica de Minería, perteneciente a la Facultad de Minería de la Universidad  Nacional Autónoma de México y el Grupo Coral Ensamble Cáritas, todos bajo la dirección del maestro José Areán. El registro que ustedes verán, fue grabado en Diciembre de 2010 en el Palacio de Minería en Ciudad de México, espero que les guste y que lo disfruten.



miércoles, 19 de septiembre de 2018

Especiales selectos: Claudio Arrau


Amigas y amigos: Uno de los grandes pianistas chilenos de todos los tiempos, fue Claudio Arrau León, nacido en Chillán, el 7 de Febrero de 1903, considerado uno de los más prodigiosos intérpretes de todos los tiempos. El repertorio de Arrau, muy vasto, abarcaba desde Bach hasta los autores contemporáneos, pasando por Mozart, Beethoven, Liszt, Schubert, Chopin o Debussy. Arrau no fue sólo uno de los más destacados pianistas del siglo XX (cuyo magisterio ha quedado conservado en sus numerosas grabaciones discográficas) sino también uno de los últimos continuadores de una tradición interpretativa que hunde sus raíces en Franz Liszt: aquella que considera el virtuosismo técnico únicamente como un medio para servir a la música, y no como un fin en sí mismo.

Hijo de Carlos Arrau y Lucrecia León, fue su madre, aficionada al piano, quien lo introdujo en el mundo de la música. A los cinco años, el precoz Claudio ofreció su primer concierto en Santiago de Chile en el Palacio de la Moneda, donde interpretó obras de Mozart, Beethoven y Chopin frente al presidente de la República, Pedro Montt, y otras autoridades.

A los siete años, en 1910, recibió una beca del gobierno de Chile para estudiar música en Alemania, país donde residió durante once años; en Berlín tuvo como maestro a Martin Krause, uno de los últimos discípulos de Liszt. En sus años de formación ofreció recitales en diversas ciudades de Alemania, Reino Unido y Escandinavia. Antes de cumplir los veinte años había sido galardonado en dos oportunidades con el premio Liszt, y más tarde obtuvo el Grand Prix International des Artistes. Contrajo matrimonio con la cantante Ruth Schneider, con quien tuvo tres hijos.

Tras su retorno a Chile, en 1921, Arrau visitó Estados Unidos en 1924 y en ese país ofreció conciertos con las orquestas sinfónicas de Boston y Chicago. Ese mismo año regresó a Berlín, donde le fue ofrecido un cargo de profesor en el conservatorio local, pero prefirió continuar con sus giras y recitales. Su figura se hizo legendaria entre el público de Alemania y Austria debido a su conocimiento y dominio de las obras de los principales compositores de estos países, en particular de Ludwig van Beethoven.

En 1935 ofreció una serie de doce recitales en la capital alemana en los que interpretó el conjunto de piezas para teclado de Johann Sebastian Bach, haciendo lo mismo al año siguiente con las obras de Wolfgang Amadeus Mozart. Dos años más tarde, en una gira por Chile, Argentina y México, sus conciertos incluyeron las sonatas y conciertos para piano de Beethoven.

Arrau ya era un intérprete de fama mundial a fines de la década de 1930. El endurecimiento del régimen nazi lo llevó a abandonar Alemania y en 1941 se trasladó a Estados Unidos, fijando su residencia permanente en Nueva York, una ciudad que Arrau consideraba su hogar, aunque pasó gran parte de su vida viajando por el mundo, con una vitalidad asombrosa que le permitió realizar giras y recitales hasta después de cumplir ochenta años. A partir de 1941, en efecto, Arrau prosiguió su carrera en los escenarios cosechando éxitos y honores por todo el mundo.

Además de uno de los grandes pianistas del siglo, Arrau fue un sistemático estudioso de la literatura pianística del Clasicismo, el Romanticismo y el Impresionismo, de la que nos dejó grabaciones con frecuencia integrales (así de la música pianística de Frédéric Chopin o Beethoven) que constituyen auténticos hitos de la interpretación. Fue también destacado intérprete de Bach desde su juventud, aunque un estudio detallado de la obra de Bach lo llevó a negarse a interpretarla en piano por considerar que el complicado contrapunto de cantor de Leipzig no quedaba suficientemente bien retratado en el sonido brillante y lleno de armónicos del piano moderno. Por esta razón impidió que se publicaran sus grabaciones, por demás magistrales, de El Clave Bien Temperado y los Ejercicios para Clave, que se dieron a conocer póstumamente.

Sorprende tal rigor (el intérprete señaló que interpretaría de nuevo a Bach el día que supiese tocar el clave) en época tan temprana, cuando apenas comenzaba a desarrollarse de nuevo la técnica clavecinística, mirada poco menos que como un capricho de purista por intérpretes y público. Es una muestra, sin duda, del cuidado con que Arrau afrontaba la música que iba a interpretar. No nos encontramos, sin embargo, con interpretaciones retóricas e historicistas; muy al contrario, Arrau se caracterizó siempre por lo poco ostentoso de su interpretación y por la hondura del sentimiento que transmite, para el que se vale en ocasiones de tiempos muy lentos que no disminuyen la expresividad y que muestran su maestría técnica.

Como parte de sus estudios musicológicos merece destacarse su edición de las Sonatas para piano de Beethoven, realizada para la editorial Peters. En 1967 creó los Fondos Claudio Arrau para ayudar a la formación de jóvenes músicos. De entre los honores alcanzados, es digna de mención la Medalla Hans von Bülow que le concediera en 1978 la Filarmónica de Berlín. En 1980 obtuvo el Premio Nacional de Arte de Chile. 

Falleció en Mürzzuschlag, Austria el 9 de junio de 1991. Sus restos están sepultados en el Cementerio Municipal de Chillán por voluntad testamentaria, y más específicamente en el llamado Paseo de los Artistas, junto a otros reconocidos artistas chillanejos tales como Ramón Vinay, Marta Colvin, Lalo Parra y Gonzalo Rojas.

Para conmemorar el centenario de su nacimiento, 2003 fue declarado en Chile Año Claudio Arrau, mediante el decreto 178 de 2002 del Ministerio de Educación.

Ahora dejamos a ustedes este registro audiovisual perteneciente a 1983, la última vez en que Claudio Arrau visita Chile, bajo la Orquesta Sinfónica de Chile bajo la dirección del maestro Juan Pablo Izquierdo; en él, interpretará Concierto Nº 5 de Ludwig Van Beethoven y Concierto Nº 1 de Johannes Brahms, desde el Teatro Municipal de Santiago de Chile; espero que les guste y que lo disfruten.


jueves, 19 de julio de 2018

Concierto: Quinteto para piano y cuerdas en La Mayor, D.667, de Franz Schubert


Amigas y amigos: Veamos y escuchemos Quinteto para piano y cuerdas en La Mayor, D.667, de Franz Schubert, intepretan los siguientes solistas, Luis Navidad, Violín; Jensen Horn Sin Lam, Viola Suzana Stefanovic, Violoncello; Manuel Herrero, Contrabajo y Agustin Serrano, Piano. Grabado desde la Real Academia de Bellas Artes de San Fernando, en Madrid, España el 2 de Noviembre de 1996, espero que les guste y que lo disfruten. 


miércoles, 21 de febrero de 2018

Hora de Zarzuela: Agua, Azucarillos y Aguardiente de Federico Chueca


Amigas y amigos: Una de las zarzuelas más consagradas y famosas es Agua, Azucarillos y Aguardiente de Federico Chueca mediante la composición musical y con libretos de Miguel Ramos Carrión. Se estrenó en el teatro Apolo de Madrid el 23 de junio de 1897. La obra se mantuvo en el teatro Apolo y después durante el verano pasó al teatro Príncipe Alfonso; a mediados de septiembre volvió al Apolo. Llegó a las doscientas representaciones sin interrupción. En 1897 con la función número cien se dio un homenaje a sus autores Chueca y Ramos Carrión. Durante años se mantuvo en las carteleras de otros teatros de España y de Hispanoamérica llegando a formar parte de casi todos los repertorios líricos. Es una de las obras que mejor representan el género lírico.

Veamos el argumento de esta zarzuela.

La acción se desarrolla en Madrid en el mes de agosto en un puesto de refrescos (el aguaducho). El argumento gira alrededor de un enredo de carácter económico en el que están implicados, sin saberlo, los protagonistas. El personaje central del enredo es Aquilino, un hombre de negocios, propietario de pisos baratos de alquiler y prestamista.

Con Aquilino están endeudados Serafín — el joven lechuguino hijo de un político —, Simona madre de Atanasia (Asia para los amigos), — la joven romántica y soñadora, poetisa aficionada — y Pepa, que tiene alquilado el aguaducho de Recoletos. Aquilino tiene la costumbre de marcar los billetes que presta a sus deudores, de manera que al final cuando Simona y Pepa cumplen con la deuda se da cuenta que tiene en sus manos el dinero que en su momento prestó a Serafín. "Me pagan con mi propio dinero", dice malicioso sospechando que Serafín se entiende tanto con la joven Asia como con Pepa. Entre medias va apareciendo el tema amoroso, la seducción, los apuros económicos, los celos, el timo, la nostalgia o saudade de las niñeras gallegas, para terminar con un pasacalle de chulapos y chulapas en homenaje a la verbena de San Lorenzo.

Cuadro primero

Se sitúa la acción en un piso alquilado, muy modesto, cuyo casero es Aquilino. Las inquilinas son Simona y su hija Atanasia que se hace llamar Asia. Es un cuadro sin música, todo es diálogo entre los tres personajes. La primera intervención es de Asia, romántica y enamorada que sueña además con ser una famosa poetisa. Precisamente han venido a Madrid desde su pueblo para editar un libro de versos pero Simona cuenta que eso ha sido la perdición y se ven en la ruina: "¡Gastarnos en la impresión dos mil pesetas, para no vender más que tres ejemplares! Ya te lo decían los libreros: doscientos ejemplares, no tire usted más. Pero tú, no, cuatro mil, hay que tirar cuatro mil... y efectivamente, tirados están por esas calles después de haber tenido que venderlos a perro chico".

El telón se levanta y Asia ofrece al público una de sus poesías dedicada a un pajarito:

¡Oh, tímido jilguero
entre doradas rejas encerrado,
si no puedes ligero
surcar el aire en cielo apresurado,
en cambio, nunca, ¡oh, triste prisionero!
te falta mi solícito cuidado!

Simona se acerca cuando comprende que ya ha terminado la inspiración y habla seriamente con ella. No tienen dinero, están arruinadas y entrampadas y ha recibido una carta desde el pueblo de Valdepatata del tío Antón que ofrece pagar todas las deudas y aconseja que regresen y que Asia se case con su hijo el primo Aniceto. La carta del tío es clara y realista: "Creo que si no se casa con su prima se me muere. Convéncela, y si se decide, yo iré a esa, pagaré todo lo que debéis y nos volveremos juntos, para vivir aquí en paz y en gracia de Dios." A lo que Asia responde con frases rebuscadas y tono teatral. Pero Simona está firme y ha tomado una resolución: "O ese joven se casa contigo inmediatamente o nos volvemos a Valdepatata. Esta noche, si no me habla él, le hablo yo. De hoy no pasa...". Se oye la campanilla de la puerta y aparece el casero, con intenciones de cobrar los dos meses que se le adeudan. Tras una breve conversación Aquilino da su ultimátum: "Si mañana mismo no cobro las dos mensualidades, yo, sintiéndolo con toda mi alma, me veré precisado a embargar los muebles... y a despedir a ustedes de la casa" y les otorga una última oportunidad: "Si ustedes me presentan un fiador que tenga suficiente garantía..." Simona ve el cielo abierto y ofrece a Serafín, que es novio de la niña "El hijo de un hombre político muy importante, ex ministro, a quien usted conoce seguramente; don Simón Pérez de la Lata". La trama se va enredando; Aquilino les cuenta que Serafín tiene dinero porque se lo ha prestado él a cuenta de la fortuna de su abuelita que es riquísima y le respalda. Pero que tienen que pedirle ellas el dinero prestado. Aquilino se despide con la promesa de volver a cobrar al día siguiente. Asia, en tono melodramático recita: "¡Fatal, tremendo, perentorio plazo! ¡Oh, qué horrible es la prosa de la vida!"

Cae el telón supletorio (o telón de comodín) para poder hacer el cambio de decorado del segundo cuadro. En el telón hay una alegoría del botijo y en letras muy grandes se ve escrito otro poema de Asia:

Desprecio del Japón o de la China
el grandioso Tibor de porcelana,
el vaso etrusco, el ánfora romana,
y la tinaja griega o damasquina.
Te canto a ti, que el agua cristalina
sabes frigorizar sin pompa vana, ...
Cuadro segundo

Se desarrolla en los jardines de Recoletos o paseo de Recoletos. Como telón de fondo se ve la entrada a este paseo que los asistentes al estreno identificaron inmediatamente. El decorado lo forma el aguaducho de Pepa, sillas y veladores. En segundo término hay un banco de hierro que pertenece también al paseo y cerca del banco, un farol. El comienzo del cuadro lo protagonizan las amas, las niñeras y los niños. Estos juegan al corro cantando temas populares y canciones infantiles:

Tanto vestido blanco,
tanta parola,
y el puchero a la lumbre
con agua sola.
Arrión, tira del cordón,
cordón de la Italia,
¿dónde irás amor mío
que yo no vaya?

Las niñeras cantan comentando sobre su vida profesional:
Las señoras nos mandan
a Recoletos con los "bebés",
pa que tomen el fresco
por los jardines, ¡arza y olé!
Nos encargan que vayamos
siempre detrás,
y que no nos separemos
de ellos jamás;
pero si nos habla un tipo
de esos que nos hacen "tilín",
¡vaya si se quedan solas
las criaturitas al fin!

Al compás de las seguidillas se intercalan también frases habladas de las niñeras y los niños. El público acogió siempre con regocijo aquello que dicen "yo quie’o correr. Y yo saltar. ¿Y tú qué quieres? Yo quie’o mear. Pero señora, ¿por qué le pega? Porque es muy malo. ¡Tía gallega!".

Terminan los coros de las niñeras y los niños y hacen mutis quedando en el escenario Pepa y su novio Lorenzo que se lamenta de lo mal que va a pasar el día de su santo por culpa del dinero, o mejor de la falta de dinero por la mala racha que están pasando:

"¡Ni siquiera poder uno alquilar una manola pa irse con cuatro amigos a refrescar por ahí y a beber unas tintas! ¡En la vida me ha pasao!" a lo que Pepa responde

"Pues, hijo, fastidiarse, que lo mismo me sucede a mí. Es la primera vez que he dejado yo de ir a la verbena de San Lorenzo".

Lorenzo propone ir de todas formas a dar una vuelta pero Pepa se indigna porque no tiene el mantón de Manila, una prenda imprescindible:

"¿Tú piensas que estoy loca? ¡Pa que se enteré todo el barrio de que tengo empeñao el mantón de Manila! Vamos, hombre, que te se quite de la cabeza. Pasao mañana hay que entregarle a don Aquilino los veinte duros si no queremos que nos embargue el puesto...".

Hablan de solucionarlo todo si a Lorenzo (que es torero) le contratan en unas cuantas ferias. Después la conversación versa sobre la otra pareja Vicente y Manuela; hubo un tiempo en que Vicente fue novio de Pepa y Lorenzo de Manuela por lo que las rencillas y los celos están a flor de piel. A lo largo de la conversación sale a relucir el señorito Serafín y es entonces cuando se plantea el enredo del pago de las deudas con Aquilino y el engaño de que va a ser víctima Serafín. Pepa pone al corriente a Lorenzo:

"Oye lo que hay. Ese joven, que es hijo de un señorón que ha sido ministro y tiene mucho dinero, es novio de esa señorita, una cursi romántica, que está chalá por él. La mamá, que por lo visto quiere pescarle, hace lo que todas las mamás que vienen por aquí, se queda dormida, al parecer, y pa que los chicos tengan su miaja de palique; El se conoce que se ha convencido de que no va a conseguir ná de lo que busca, ¿comprendes? y ha pensao... Vamos, una barbaridá. Y de eso me hablaba anoche".

El asunto es que Serafín trata de hacer dormir a la mamá con unos polvos que ha comprado en la farmacia y que pretende que los eche Pepa en el azucarillo.

Pepa se lo había tomado como algo disparatado pero Lorenzo ve el negocio que necesitaba. Cuando llega Serafín Lorenzo habla con él y le promete que dormirán a la señora a cambio de 200 pesetas, doblando así la cantidad que Serafín había prometido a Pepa. 

En este punto Lorenzo muestra sus aptitudes para el timo pues le da a Pepa tan solo 100 pesetas de las 200 recibidas, para pagar a don Aquilino el alquiler del puesto. El público sabe que las otras cien se las guarda con la intención de sacar el mantón de Manila de la casa de empeño. Continúa el diálogo sin música entre los dos novios, un diálogo lleno de frases hechas y vocabulario chulesco. Vicente y Lorenzo en lugar de pelearse se hacen amigos y marchan los dos a "rescatar" los mantones de Manila. Y después otro diálogo esta vez entre las dos mujeres Manuela y Pepa, una verdadera pelea escrita en verso.

Finalmente Pepa cuenta a Asia y a Simona las intenciones del señorito y juntas deciden hacerlo al revés: será él quien se quedará dormido. Mientras mantienen esa conversación en voz baja aparecen en escena los barquilleros que cantan el pasacalle, otro número que se hizo famoso. La letra es un continuo homenaje a Madrid y sus calles. 

Vivimos en la Ronda
de Embajadores,
al "lao" de la Ribera
de Curtidores.
Pasamos nuestra vida
con los chiquillos,
que son los que consumen
nuestros barquillos.
Cruzamos el Prao,
la plaza Colón
voceando: ¿quién los quiere
tiernecitos,
tostaitos
de canela y de limón?
Yo me voy a las Vistillas.
Yo a la Puerta de Alcalá.
Yo me quedo en Recoletos.
Yo a la plaza la Cebá.

Una vez que los personajes están enterados de las intenciones de Serafín y cada uno dispuesto a su particular timo comienza la escena del vals en la que los novios tienen un diálogo cantado entre cómico y romántico con interrupciones jocosas de Simona y de Pepa. Este número tuvo una gran aceptación y su música pegadiza también, lo mismo que había ocurrido unos años antes con el vals de Caballero de Graciade La Gran Vía, también de Chueca. La letra de este vals además de contener una apasionada declaración de amor incluye crítica política interrumpida por el comentario de Pepa que dice "ilusiones del pobre señor":

Si entra pronto papá en el poder...
(ilusiones del pobre señor)
Al instante,
muy campante,
me voy a una provincia
de gobernador.

Eres digna, por tu educación,
de ocupar una gran posición
y serás gobernadora
de Cuenca o de Zamora
o de Castellón.

A continuación salen de la escena Serafín, Simona y Asia; se supone que van a dar un paseo en coche de caballos donde la mamá caerá dormida y los novios podrán cortejarse a gusto, pero a juzgar por lo que cuentan después todo sucedió al revés, quedando Serafín profundamente dormido en un banco del paseo. Tras el desengaño, Asia decide regresar a Valdepatatas.

La siguiente escena consiste en el diálogo entre Pepa y don Aquilino que consigue al fin el pago del alquiler gracias al dinero que le han sacado a Serafín. Aquilino reconoce el billete marcado por él y es cuando comenta "Me pagan con mi propio dinero». Tras esta breve escena hablada sin música hace irrupción un grupo de alegres madrileños que según comentan vienen del teatro Apolo, haciendo alusión a «la cuarta de Apolo":

Ya es más de la una y media,
¡Jesús, qué atrocidad!
Un día en el teatro
nos amanecerá.
La culpa es de la Empresa
y si esto sigue así,
dará leche de burras
a la hora de salir.
¡Ay, qué calor hacía
en el teatro aquel!
Aquí se está muy fresco
y se respira bien.

El libreto continúa sin interrupción hasta el final con el apoyo de la música que va cambiando de melodía y de ritmo acoplándose a las circunstancias. Aparece el pedigüeño, el llamado "gachó del arpa" que intenta intercalar su numerito sin gran éxito y se oye el grito provocador de la Manuela, "¡Agua, azucarillos y aguardiente, agua!" con lo que se inicia la segunda pelea entre las dos mujeres, esta vez con música. La letra hace en ocasiones alusión a situaciones o costumbres perfectamente reconocibles: "te arrancaba el añadido", es decir, le tiraba fuertemente del pelo o del moño, costumbre bastante común en peleas de mujeres; "que a pesar de tu honradez, a la calle de Quiñones te han llevao más de una vez." En la calle Quiñones estaba la galera o cárcel de mujeres, de ahí la insinuación; a lo que contesta Pepa, "...pero a mí en todavía en la procesión, no han venido a invitarme para ir de pendón"; se dicen la una a la otra, "que esta noche no te salva ni la paz y caridá": la Hermandad de la Paz y Caridad se ocupaba de acompañar y consolar a los reos, condenados a muerte.

Manuela
Tú sin duda te has creído
que yo soy una cualquiera,
porque tú tienes un puesto
y yo voy con la vasera.
Pero ya saben lo que eres
más de dos y más de tres,
porque tú eres una cosa...
que ya sabes tú lo que es.
Déjenla ustedes,
no la contengan,
que esa me teme
más que a un nublao,
y estoy segura
que si la dejan,
no va conmigo
a ningún lao.

Los parroquianos intervienen para separarlas y en ese momento llegan Vicente y Lorenzo pidiendo explicaciones a las dos mujeres. Cada una da su versión de los hechos y ambas acaban lloriqueando y decididas a que todo termine en paz.

Pepa
Bien sabes que la Manuela
anda buscando cuestión;
yo estoy tranquila en mi puesto
yo no la busco.
Que ella no me insulte,
que yo no la falto;
pero si me ofende
tres muelas la salto.
Esto es lo que ha habido,
pregunta y verás.
¡Fíate de las amigas
que una quiso más,
y con este pago
al fin te verás!
Manuela
Todo lo que ha dicho esa,
no sé si con intención,
te lo he dicho yo mil veces
hablando de ella.
No la di motivos
mientras fue mi amiga
pa ninguna queja,
y que ella lo diga.
Sino que las cosas
han venido así, ...
Lorenzo
Pues después de oír todo
lo que ha pasao,
vais a darsus las manos
y se ha acabao.

Los dos hombres entregan a sus novias los "prisioneros rescataos", es decir los mantones de Manila y comienza el pasacalle que cerrará alegremente la obra. La letra introduce al espectador en la festividad de San Lorenzo a cuya verbena se suponen que irán todos a continuación:

Lorenzo y Vicente
En cuanto el santo vea
estas chiquillas,
asao y todo salta
de las parrillas.

Los cuatro
Andando, vamos pronto
a la verbena
pa que digan: ahí viene
la gente buena.
Compramos unos pitos
pa pitar,
y en cuanto nos hartemos
los cuatro de tocar
en amor y compaña
nos vamos a cenar.

Agua, Azucarillos y Aguardiente de Federico Chueca con el siguiente reparto:

- Amelia Front como Asia.
- Amparo Madrigal como Doña Simona, Madre de Asia.
- Pepa Rosado como Pepa, aguadora con un puesto en Recoletos y novia de Lorenzo.
- Rosa Martín como Manuela, aguadora ambulante y novia de Vicente.
- Pepe Ruiz como Lorenzo, torero y novio de Pepa.
- Pedro Pablo Juárez como Vicente, portero de una casa de juego y novio de Manuela.
- David Muro como Serafín, joven de buena familia y desocupado, pretendiente de Asia.
- Santiago Muriente como Garibaldi, Gachó del arpa, un niño ambulante que canta en italiano macarronico
- Luis Enrique Jimeno como Don Aquilino, casero de Asia y Doña Simona, propietario del puesto de Pepa, prestamista.
- Participación especial de Rafael Capilla como Anton y Alberto Perdiguero.

Orquesta y coro del Teatro Calderón dirigida por el maestro José Antonio Irastorza como Don Simón Pérez de la Lata.

La Zarzuela Agua, Azucarillos y Aguardiente de Federico Chueca en una presentación que oirán y verán desde el Teatro Calderón de Madrid, España, grabada en Febrero de 1995, espero que les guste y que lo disfrute.